De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Mutante hibrido medioeval medio wuey y atrabancado con espíritu aventurero y afecto a las bebidas espirituosas al que le gustaba andar en el hagua . Nació en ca’ su madre un poco antes de que se inventaran las chanclas de hule y se murió cuando dejó de respirar, un día nublado y triste, en que el frío y tenue viento arrastraba las hojas secas por las calles embaldosadas mientras en la lejanía sonaba el cañón de un barco anunciando su arribo a puerto seguro… ¡Tengo que dejar de fumar esa mierda!
Nació en el puerto de Palos, o más bien meses después de que sus papás se echaran un palo. Dicen las malas lenguas (y la mía que no es muy buena lo repite) que el caso sucedió nueve lunas después de que un amigo procedente de Génova visitara a su papá y se hospedara en casa. Quesque era un Hidalgo. Para mayor información consultar la Kiwipedia. Las leyendas urbanas de la época decían que era el gran pizarrín y que por eso le llamarían el conquistador.
Después de andar de desmadrozo por todo el mediterráneo se fue a pedirle las naves a doña Isabel que entusiasmada ante la fama del gran Pizarrín fue corriendo a empeñar sus alhajas a Préstamos Santangel. Esa fue su primera conquista. Cuando convenció a la reina de que le prestara las naves se fue de Pinta con una Niña que se creía la Santa maría y fueron a echarse unas cubatas y fue tal el pedo que agarraron que despertaron en una isla en medio del mar y como vieron que había indios creyeron que habían llegado a la India. Ahí fue el inicio de la gran confusión universal. Esa fue otra de sus conquistas. Luego conoció a Malinche, que era una morena chaparrita de trenzas reina de las Chichimecas, o sea que tenia unas chichis mecas. Así, una tras otra, se sucedieron las conquistas que le dieron fama. Luego le anduvo contando a todos sus cuates que había conquistado a una india aumentando más la confusión.
A este marino genovés, gallego, catalán, vasco, sevillano, judío sefardí, inglés, croata, guadalajareño, mallorquín de Ibiza se le hicieron pelotas las coordenadas y cometió una pendejada tan grande como su hazaña y como el enredo de su origen: creyó que había llegado a la India y en realidad le había llegado a una tierra bien conocida por los caribeños, mayas, aztecas, zapotecas, otomíes, siux, totonacas, incas, mapuches, patagoneses, e infinidad de pueblos laboriosos y prósperos, aunque ningún pinche gachupín supiera que tenían miles de años viviendo ahí. Pero como tenía la intensión de ir a la india se equivocó y para colmo todos los europeos se fueron con la finta y le creyeron. ¡Lo que es la ignorancia…! Hasta le pararon el huevo a don Cristóbal.
Después de llegar a tierra firme se regresó con el chisme y fue a traerse a una legión de abarroteros y fabricantes de aguardiente, cerdos, burros, bueyes y caballos armados hasta los dientes y jalando carretas que los autóctonos no conocían. Lo curioso es que los indios que antes eran tan trabajadores y que construyeron ciudades más grandes y prósperas que las europeas, de pronto no querían trabajar para los gachupines. Así las cosas, los gachupines se estuvieron yendo de safari al África a cazar negritos para que les pusieran la muestra a los indios de cómo se trabaja sin cobrar. A todo esto el muy canijo le llamó La Conquista. ¡Como si fuera tan coqueto!
La manera de convencer a los nativos de que se dejaran chingar fue poco más o menos la misma. Viendo que en Europa unos pueblos siempre han querido chingar a los otros y viceversa, se dio cuenta que en estas tierras se las gastaban igual. Por lo tanto, nomás tuvo que convencer a unos que los iba a ayudar a chingar a los otros para que le ayudaran y así empezó el desmadre que continúa hasta hoy. ¡Chinga que atrás vienen chingando! A decir verdad, Cristóbal Cortez sabía de eso porque también entre los gachupines que se trajo había pleitos a ver quién chingaba a quién y se quedaba con más tierras y más indios.
Cuando llegó a una isla grande y fértil donde se daba la caña y la malanga, un nativo barbón que fumaba puro, les ofreció Ron con Caca Cola y le gustó tanto la bebida que la bautizó en el nombre del Pascle del Ixtle y del Santo Cacomiztle con el nombre de Cubata.
De Cuba se fue a Veracruz e hizo la primera yunta de políticos (ayuntamiento) en tierras continentales. Se fumó las naves y ya inspirado hizo otra yunta en Xalapa. Antes había pasado por Cempoala y los invitó a ir a mentarle su madre a Moctezuma a lo que los cempoaltecas fueron gustosos porque desde entonces ya odiaban a los chilangos.
Al pasar por Tlaxcala Xicoténcatl se la hizo de pedo pero Cristóbal Cortez le pidió que le ayudara a partirle la madre a los pipopes que eran aliados de los aztecas. Xicoténcatl sabía que eran emos y lo acompañó a la matanza de Cholula. Ya calientitos se fueron a mentarle su madre a Moctezuma. Lo engañaron prometiéndole que le construirían un estadio de furbo y le darían un equipo que se llamaría América. En el discurso inaugural un fanático del Chivas del Guadalajara le dio un pedradón y se armó tal desmadre que Cristóbal Cortez con todo y tlaxcaltecas tuvieron que salir por piernas. Este hecho es conocido como la noche triste.
Después de la noche triste Cristóbal Cortez se fue a echar unos pulques a Tlaxcala para llorar su derrota. De botana prepararon potaje de garbanzo y entre el pulque y el potaje se sintieron tan inflados que agarraron tal fuerza que ni Cuauhtemoc los pudo parar. A partir de entonces ya solo se dedicó a pelearse con los demás gachupines. Después de unas vacaciones en Los Ángeles California se fue a vivir a los libros de texto gratuitos.
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